lunes, 22 de septiembre de 2014

UN BEBÉ EN CASA

No os voy a engañar, después de 5 años, la llegada de un Bebé a casa lo ha revolucionado todo.

Cuando tus hijas mayores ya son totalmente autónomas, volver a empezar de cero puede resultar un tanto caótico.

Es increíble la facilidad con la que se te olvidan algunas etapas de la vida,  desde no acordarte de las medidas de los bibes hasta ser capar de dejarte “olvidado” por un microsegundo tu bebé en el coche al llegar al garaje de casa (¡Yo no fui!!!).

El caso es que ahora mismo tengo un vago recuerdo de algunas cosas, como de cómo era mi salón, el cual ha pasado a convertirse en una especie de parque temático decorado con diversos objetos que, previamente, hemos tenido que buscar en lo más profundo del trastero (atiborrado de objetos infantiles, inútiles en su gran mayoría), o de cómo eran 8 horas de sueño tranquilo y reparador.

Lo de salir de casa es mención aparte, menos mal que el Bolso de Mary Poppins realmente existe, en este caso formato bolsa de carrito, en el que todo cabe y para todo sirve.

Aunque en mi opinión, lo más duro están siendo las "Happy Hours", ese llanto casi histérico que siempre coincide con horario de deberes-baño-cena y habitualmente cuando su Papi aún no ha llegado a casa. Además, complementado con dos Brujas Pirujas que no tienen ni media idea buena y que también demandan los suyo.

Pero,  ¿Sabéis una cosa? No creo que ahora mismo haya nadie más feliz que yo.

No os voy a decir que compensa, porque no se trata de compensar cosas, la maternidad no compensa nada, ¡Colma todo! Es la dicha plena, al menos para mi.

Puede que sea por la perspectiva que te va dando la edad, y su consiguiente supuesta madurez, o quizás porque piense que podría ser mi último bebé pero es sin duda con la que más estoy exprimiendo cada segundo de mi tiempo, no quiero perderme ni un pestañeo porque inevitablemente el tiempo pasa, más deprisa de lo que queremos y soy muy consciente de ello.


¡Gracias por toda la felicidad que nos has traído Maca!



viernes, 19 de septiembre de 2014

MI PEQUEÑO PARAÍSO

Inevitablemente, el verano se nos va.

Los días empiezan a ser más cortos, y las tardes más estresantes, empezamos a guardar toallas, bañadores y las vacaciones ya son un recuerdo lejano.

Mis veranos son recuerdos de increíbles, de los más bonitos de mi vida, y siempre, como casi todo en mi vida, mirando al Sur.

Días de sol, de chiringuito, de olor a pescaíto y sabor a Cruzcampo, días sin horarios, sin formalidades, de pelitos dorados y naricitas rojas del sol, de tardes interminables de juegos y de paseos marítimos con helados de dos bolas!!

Mi paraíso tiene nombre propio, Cádiz. Ni se nos ocurre plantearnos otro verano que no sean nuestros días en Costa Ballena, rodeados siempre de buenos amigos con sus propias“tribus”, con los que compartimos planes estupendos para todos.

No se cómo lo hacemos, pero cada año aumentamos la pandilla, y el que va por primera vez, casi seguro que como nosotros, volverá enamorado.

Este ha sido el primero que hemos pasado con Maca, quien con apenas un par de meses, ya ha sucumbido a los encantos gaditanos.



Bugaboo on the Beach




Mini Masterchef en plena playa de La Ballena




Paraíso terrenal





Plan divertidísimo para padres y peques: Carreras de Caballos en la Playa de Sanlúcar de Barrameda


Nos consuela pensar que, aunque hace ya casi un mes que volvimos, queda un mes menos para volver.

Feliz fin de semana.

jueves, 11 de septiembre de 2014

VUELTA AL COLE




Acabo de terminar de etiquetar y forrar el enésimo libro de este año, dando gracias porque no los tienen que llevar todos el primer día y puedo repartir esta “gratificante” tarea en varios días.

No sé si es por el calor o porque el forro es malísimo, pero no hay forma de que quede bien a la primera, así que llevo unas cuantas noches robando tiempo a todo para que las Princesas lleven sus libros impecables, tal y como los llevaba yo en mis tiempos.


Después de la vuelta al cole los padres deberíamos tener unas cortas pero intensas vacaciones, preferiblemente en un balneario o en un monasterio benedictino donde poner nuestra mente en blanco y olvidarnos del estrés que nos suponen estos días.

Empecé a principios de Julio encargando libros y uniformes y antes de irnos a la playa ya lo tenía todo en casita, a la vuelta zapatos, calcetines, material escolar…etc. Pero no sé como pero al final me ha pillado el toro. El lunes a última hora buscando un estuche como locas, con la lengua fuera (y es que no vale cualquier estuche) y a día de hoy, tercer día del curso, todavía tengo cosas por rematar.

Y como nunca dejo de darle vueltas a posibles ideas de negocio, ¿Qué os parecería algo así como “Gestión integral de servicios de vuelta a la realidad”? A algunos les facilitaría mucho la vida.

La verdad es que me quejo con la “boquita pequeña” porque me encanta hacerlo, prepararlo todo con ellas y recordar que yo, a su edad, tenía la misma ilusión por volver a ver a mis amigas.

La vuelta a la rutina se agradece bastante, sobre todo porque mi Gordita de 3 meses empieza a disfrutar de Mamá para ella sola, aunque sea a tiempo parcial, que ya le tocaba y yo vuelvo más o menos a mi actividad habitual.


Ánimo “Mamágicas”, un cafetín terapéutico con amigas puede también sustituir a esas recomendables pero imposibles vacaciones post-vuelta al cole.


lunes, 8 de septiembre de 2014

Mamás Mágicas


Cuando era niña veía a mi madre como una auténtica Hada Madrina. 

Era perfecta, fuerte, indestructible y no había nada en el mundo que ella no pudiese solucionar. Mi vida era tranquila, fácil y segura gracias a ella.

Con la llegada de la adolescencia, aquella Hada Madrina empezó a ser vulnerable, a no ser perfecta y por supuestos ya no lo solucionaba todo, incluso a veces pensaba que su única misión en la vida era fastidiarme, qué curioso cambio de perspectiva.

Pero con los años, y en mi edad adulta, sigo pensando que Mi Mamá sigue siendo Mágica. Aún ahora sigo buscando refugio en ella en los momentos duros y probablemente es la primera persona con la que comparto mis alegrías.

He de reconocer que, desde que se convirtió en Abuela, dejé un poco de ser su prioridad, y me costó muchísimo asumirlo, porque mi Hada Madrina ya no volcaba toda su magia en mi.

Y ahora que soy Mamá (y de familia numerosa!!), me pregunto si mis Hijas me ven y verán de la misma forma, si  para ellas seré esa persona en la que encuentren ese don especial que solamente tenemos las Madres.

Creo, firmemente, que en cada Mamá hay un Hada Madrina, que nuestra magia no se limita a lidiar con el día a día (que no es poco) sino a hacer que, la vida de nuestros "polluelos" sea lo más perfecta posible.

A todas vosotras, mujeres maravillosas, fuertes, inteligentes, que morís de amor por vuestras criaturas y que rebosáis magia, va dedicada esta gran aventura.

¡¡¡Bienvenidas todas, Mamágicas!!!