lunes, 21 de marzo de 2016

UP, UP, UP!!!

El otro día me encontré con Anita. Hacía mucho tiempo que no la veía y lo cierto es que echo de menos cruzarme con ella cada día como cuando nos veíamos en el cole.

Como siempre, me dedicó la mejor de sus sonrisas mientras me daba un gran abrazo y me enseñaba el trasquilón que se ha había hecho cortándose ella misma el flequillo para horror de su madre aunque a mi me hizo reír.

Anita es adorable, divertida, trasto, simpática y la alegría de su casa. 
Anita tiene 6 años y tiene Síndrome de Down.

Diego y Alicia tenían ya tres niñas preciosas y estaban a la espera de la cuarta cuando en una revisión rutinaria les dijeron que en el desarrollo del corazón de su bebé había algo que no iba bien del todo, concluyendo que Ana iba a tener un cromosoma extra, ese cromosoma que, sin duda, le hace completamente extraordinaria.

Para Diego y Alicia no tuvo que ser fácil recibir la noticia, todos los padres del mundo queremos que nuestros hijos estén exentos de dificultades añadidas a las que la vida ya tiene de por sí pero os aseguro que Anita sólo vino a incrementar la felicidad que ya se respiraba en esa increíble familia.

Ana genera, como la mayor parte de los niños con Síndrome de Down, una ternura especial. Todos estamos convencidos de que merecen tener las mismas oportunidades educativas que los demás pero Anita crecerá y ahí es dónde todavía tenemos mucho camino que recorrer para poder facilitar que sean personas independientes porque la gran mayoría pueden llegar a serlo con toda normalidad.

La inclusión laboral de las personas a las que llamamos, erróneamente, discapacitadas ha mejorado pero no lo suficiente. En esta sociedad, en la que se exige una malinterpretada excelencia, quienes presentan ciertas diferencias aún tienen cerradas muchas puertas por perjuicios absurdos cuando pueden ser, sin lugar a dudas, trabajadores cualificados para desarrollar muchísimas actividades.

Estoy convencida de que la lucha de Diego y Alicia por que su hija tenga la mejor educación posible (la mejor porque es la que sus padres han elegido y eso la convierte siempre en la adecuada) renunciando a muchas cosas, entre ellas a tiempo y comodidad, junto con el cariño y el empuje de todos sus hermanos, dará sus frutos y convertirán a la pequeña Anita en una mujer fuerte e independiente.

Y pensaréis que Ana ha sido muy afortunada por tener la familia y el entorno que tiene, por supuesto que sí!!! pero creo, sinceramente, que los verdaderamente afortunados somos los que hemos tenido y los que tendrán la suerte de cruzarse con ella en la vida.



(FOTO: Fundación Garrigou. La primera "muñeca" por la izquierda es Anita)


Hoy, 21 de Marzo, se celebra el Día Mundial del Síndrome de Down
"Porque la vida no va de cromosomas"

Gracias Alicia y Diego por dejarme contar un poquito de la historia de Anita y sigue en pie mi oferta de "robártela" cualquier día de estos.