Creo no equivocarme si afirmo que la carta de despedida de Diego, el niño que se quitó la vida hace unos meses, publicada en el diario El Mundo, nos dejó a todos sin aliento, sobre todo a los que tenemos niños en edad escolar.
Yo no dejaba de pensar en todo lo que tenía que haber pasado esa criatura para tomar una decisión de tal magnitud con tan sólo 11 años, con un entorno, social, familiar y emocional aparentemente adecuado.
Me diréis que estas cosas han existido siempre, el acoso, el "bulling", como queráis llamarlo y sí, seguramente siempre haya estado ahí pero las dimensiones que está alcanzando en los últimos tiempos son para preocuparnos realmente.
Y digo preocuparnos porque es muy fácil culpar a los profesores, colegios, al mismo sistema, no exentos de culpa pero los verdaderos culpables somos los responsables de la educación de nuestros hijos, sus padres, no le demos más vueltas.
Estamos criando una generación de niños competitivos y caprichosos a los que les hemos hecho creer que tienen derecho a todo y que han de conseguir la cosas a cualquier precio, pese a quien pese, que tienen que aprender de todo (y en el fondo no saber de nada) y nos hemos olvidado de inculcarles lo más importante para formarlos como personas, el respeto, el esfuerzo, la solidaridad con el que más cerca tienen.
Ayer me contaba una amiga que a su hija de 9 años, al igual que a muchos de sus compañeros, les quitan constantemente los bolígrafos (unos muy determinados) del estuche y la merienda que llevan al recreo, y pensaréis, bueno es sólo un boli o unas galletas pero en realidad es el hecho de no tener respeto por los demás y disculparlo es darles a entender que pueden hacer lo que sea por conseguir lo que quieren a cualquier precio, atribuirles ciertos derechos que no son tales.
Ciertamente las leyes y el sistema no ayudan mucho. Por desgracia supe de un caso de acoso extremo en una familia conocida. El centro educativo alegaba que las leyes de su Comunidad Autónoma obligaban a que el agresor permaneciera en el centro, sin poder expulsarlo y siempre y cuando no hubiese testigos de las agresiones la Consejería de Educación no emprendería ninguna acción al respecto.
Pese a todas las trabas legales y burocráticas, sigo pensando que todo empieza por nuestro trabajo en casa, por transmitirles esos valores fundamentales que, afortunadamente, nos inculcaron a nosotros.
Eduquemos a nuestros pequeños en el respeto, la tolerancia y el esfuerzo y tendremos personas buenas, fuertes y felices que a su vez harán felices a los que les rodean.
@mamágicas
La palabra "organizada" es y será un hito en mi vida que, hasta que fui multi-madre y la cosa se nos fue de las manos, prácticamente era una utopía.
Organizar el día a día de una casa con 5 personas requiere de (mucha) organización y he de reconocer que me ha costado mucho pero creo que estoy en vías de conseguirlo con un alto porcentaje de éxito.
Mi Moleskine (ya conocéis mi dependencia absoluta de esta minúscula e icónica agenda) rebosa recordatorios, menús, eventos y listas de compra (sí, sí, habéis leído bien, listas de compra) mezclados con proyectos laborales, citas médicas y planes personales.
Aunque tengo la inmensa suerte de contar con una persona que es de gran ayuda en casa que se encarga de muchas cosas en cuestión de tareas domésticas, la planificación es cosa mía, así tocó en el " acuerdo de reparto de funciones pre matrimonial", por lo que por fin acabé entendiendo que o me organizaba o esto iba directo al caos más absoluto.
He visto últimamente, en los estantes de las librerías y en redes sociales, varios libros con temática "Orden en casa" ¿Y por qué no? probablemente den muchas pistas y muchas ideas pero seguramente, si apelamos al sentido común, sea mucho más factible conseguirlo, al menos a corto plazo.
En mi caso el tema de organizar las comidas (sobre todo cenas) era un auténtico calvario, cuesta muchísimo tanto elaborar menús como conseguir cumplirlos y si a eso le añades las reticencias del comensal (las tres fieras) para probar cosas nuevas o comer determinados alimentos, se convierte en toda una aventura.
La táctica, de casi estrategia militar, es muy sencilla:
1. Cada domingo busco un ratito para sentarme con el menú del cole delante. Con ello esbozo ideas, tipo Lunes: carne, Martes: huevos, Miércoles: pescado.... y luego les añado las guarniciones o los primeros platos como complemento además de concretar elaboraciones, por ejemplo, Lunes: Filete a la plancha con Ensalada (lo de la Ensalada no me lo creo ni yo, pero por soñar...)
2. Una vez que elaboro el menú le hago una foto y así lo llevo siempre encima, por lo que algunas cosas como Pescado y Carne me gusta comprarlas en el día, así que me organizo también las visitas al mercado.
3. Para ideas de menú, me hice un listado de platos que nos gustan y en ella vamos introduciendo recetas nuevas que aprendo así que así voy cogiendo ideas en cuanto a las elaboraciones.
Y sí, lo se, suena muy bonito, cuesta un poquitín de esfuerzo pero al menos, a mí, me funciona bastante bien, evitando días de plantearme una cena a base de leche con galletas o tostadas con mermelada y consiguiendo desterrar mientras pueda las socorridas salchichas con puré de patata de sobre.
Y ahora pensaréis, ¿Y esta Madre pirada, se siente realizada al contarnos esto? Pues sí! Me siento muy orgullosa de haber logrado (por fin!) conseguir una organización medianamente aceptable y eso revierte no sólo en el bienestar de mi familia sino en mi salud mental!!!! YES, WE CAN!!
Feliz semana Mamágicas