Lo primero que se me pasó por la cabeza, al empezar a pensar en este post, fue titularlo algo así como "Sobreviviendo a la Feria" pero enseguida deseché la idea, en la Feria no se sobrevive, se vive y se disfruta intensamente.
No nos vamos a engañar, para mi la Feria ya no es lo que era. No es ni mejor ni peor, simplemente es diferente, yo ya no soy una jovencita, tengo tres fieras y un marido poco (o nada) feriante, factores a tener muy en cuenta.
Yo, por el contrario, soy ferianta, y mucho! Hay pocas cosas que me gusten más en esta vida que esta Semana Mágica en la que la vida de una ciudad entera se traslada al Real, en la que uno se encuentra con amigos que a penas ve durante el año y donde está totalmente prohibido no pasarlo bien.
Algunas personas opinan que la Feria de Sevilla es clasista, que el forastero no encuentra su sitio allí y no voy a negar que tienen parte de razón pero tal y como os comentaba antes el sevillano traslada su vida a la Feria por una semana y su casa a su caseta por lo que es francamente imposible mantener la casa de uno abierta a completos desconocidos, es así de simple.
En cualquier caso, os voy a dar unos pequeños consejos si aterrizáis en Sevilla en una de sus dos Semanas Grandes (la otra es su Semana Santa) porque aquí somos así y no nos bastaba con una ;)
1. Para disfrutar de la Feria en toda su esencia es importante conocer gente que esté y conozca bien la Feria, ellos te abrirán las puertas de sus caseta y de las de sus más allegados, como si te abriesen la puerta de su propia casa, las casetas familiares (las más pequeñas) son donde uno encuentra los mejores momentos.
Si no se conoce a nadie no es imposible pasarlo bien, hay casetas con acceso libre, eso sí, con otro ambiente, es un espacio público.
2. A la Feria se va arreglado.
El Real es una fiesta durante 7 días y debemos estar a la altura.
Las Señoras pueden vestir de flamenca, con vestidos adecuados para la Feria, no todos son apropiados para la ocasión, por ejemplo las "batas" y vestidos de romería, no lo son. También pueden vestir de forma convencional, siempre arregladas, por el día un sastre, un vestido y zapato arreglado (ojo! arreglados pero no con look de boda) y por la noche podemos optar por modelos con un toque más de fiesta, dependiendo del plan que tengamos.
Los Señores irán de traje o con camisa, americana y pantalón, a mi personalmente me encantan con sombrero de ala ancha, aunque reconozco que hay que saber llevarlo.
3. La Feria es una fiesta social, con lo cual como tal hemos de comportarnos de acuerdo a las convenciones sociales, si uno visita la casa de un amigo o de un amigo de éste debe saber cómo actuar, igualmente en su caseta.
Si nosotros no tenemos caseta y no podemos devolver la invitación, podemos buscar otra ocasión para hacerlo fuera de la Feria o simplemente enviar unas flores a la anfitriona agradeciendo el detalle.
4. Ojito con la bebida, normalmente hace calor, estamos felices y se nos puede ir de las manos, sobre todo si estamos invitados en una caseta, evitemos dar el "cante" (sobre todo si no sabemos cantar)
5. Los Niños.
Los días que los llevemos hay que adaptarse un poco a ellos. Buscar casetas en las que haya planes infantiles, en bastantes de ellas hay tardes de payasos, de música y juegos para ellos y sobre todo armarse de valor y llevarles una tarde a la temida "Calle del Infierno" donde están todos los cacharritos. En mi caso, los Abuelos y Tíos Abuelos se encargan del asunto, cosa que les agradeceré de por vida.
6. Muchas ganas de pasarlo bien y confiar en que surja esa chispita que de vez en cuando asoma por el Real y hace que ese día de Feria se convierta en memorable.
Con estos consejos básicos no sólo se "sobrevive" sino que se disfruta de una de las fiestas más increíbles que tenemos en España.
Si os animáis el próximo año, la segunda semana de Abril Sevilla volverá a encender su Portada.
VIVA LA FERIA!
Feliz Semana Mamágicas
Creo no equivocarme cuando digo que desde que somos padres nuestra vida gira casi en exclusiva alrededor de nuestras fieras, incluidos la mayor parte de nuestros planes.
Según van apareciendo, nuestra vida de pareja, inevitablemente, va adaptándose a su ritmo y a lo que eso conlleva. Ellos son los que marcan nuestros tiempos y nuestras rutinas, modificando sustancialmente ese espacio que hace unos años era exclusivo para nosotros.
Por eso necesitamos, de vez en cuando, nuestro "Momento Novios".
Una vez escuché en una charla para padres, de un ponente que tenía nada menos que 9 hijos, que la pareja con hijos necesita, al menos, una hora al día, un día a la semana, y una escapada al año en exclusiva.
Lo se, es difícil, en muchos casos parece imposible, pero hay que intentarlo.
La "Hora al día", aunque sea el rato que dura la cena, es relativamente fácil de conseguir. Todos estamos muy cansados al final del día, muchas veces irritables pero hay que encontrar ese espacio.
Mi marido llega bastante tarde a diario, pero la mayoría de los días le espero a cenar, con nefastas consecuencias para mis "lorcillas" ya que para mi suele ser una re-cena porque que antes he picoteado algo mientras lo hacen las niñas, pero ese ratito en el que nos ponemos al día es fundamental.
"Un día a la semana". Ahí la cosa se complica.
Necesitamos ayuda externa, abuelos, canguro... bien, es verdad que siempre no se puede, pero lo que sí está a nuestro alcance es un plan casero. Acostamos niños y cenamos solos algo especial, vemos una peli juntos, nos tomamos una copita... se pueden improvisar muchas cosas sin necesidad de salir.
Un rato de conversación de adultos aunque pasemos gran parte del tiempo hablando de ellos, recordando sus ocurrencias o solucionando sus problemas (qué le vamos a hacer, si son el centro de nuestros universos) es como una inyección de vitaminas porque seguimos siendo "nosotros" además de Papá y Mamá.
Si ya conseguimos salir a cenar, ir al cine a ver películas "No Disney", mejor que mejor, desconexión total por unas horas.
"Escapada Anual", fundamental.
En este caso si que que hay que rogar a los abuelos, tíos, primos o amigos, que nos echen una mano y se encarguen de los peques un par de días.
No hace falta irse a Paris (aunque es un destino muy apetecible) ¿Qué tal un hotelito romántico a una hora de casa en coche?
Lo justo para no perder mucho tiempo en traslados y para volver siempre que sea extrictamente necesario (sólo en caso de emergencia si tenemos fiebres incontrolables o brechas de difícil costura).
No perdamos esos momentos a solas, hagamos un esfuerzo y busquemos espacios para nosotros, que al fin y al cabo somos el motor de la familia.
¡Vamos, a pensar en plan de novios para este finde! (creo que a nosotros nos va a tocar peli en casa)
Feliz Día Mamágicas
Cuantas veces escuché a mi Abuela decir aquello de que "Para presumir hay que sufrir". Normalmente solía coincidir cuando, cada año, me regalaba unos zapatos de charol y me hacían las primeras ampollitas hasta que conseguía domarlos.
Pues mira Abuela, no se si será porque ya tengo 40 cumplidos pero mi conclusión es que, definitivamente, me niego a sufrir en esta vida más que lo estrictamente necesario.
Anoche estuve viendo a Isabel Preysler en el Hormiguero y todavía estoy en estado de shock.
Siempre me ha fascinado su elegancia innata, perfecta en cualquier ocasión con esa discreción tan ligada a la cultura oriental, era sin duda todo un icono de estilo. Pero prometo que acabé de ver la entrevista francamente agotada sólo de pensar en el esfuerzo que tiene que realizar cada día para estar como ella cree que debe de estar. Rituales, horarios estrictos, tratamientos, dietas, entrenador personal... ¡Pero si tiene una agenda más apretada que la de un ministro!!
Dietas extremas (aunque algunas se empeñen en llamarlo genética, JA!), ejercicio físico desmesurado, tratamientos faciales, corporales, capilares, electrodos, masajes... y me diréis, pues a mi me encantaría! Y a mí también, pero por favor, con mesura, sin que eso se convierta en una obsesión.
Hace ya algún tiempo que decidí que no me merece la pena perder más que el tiempo justo mirándome el ombligo (será porque mi ombligo, después de tres niñas, necesitaría un milagro para mirarlo de nuevo con cariño). No lo voy a negar, me gusta estar bien, me gusta estar guapa, me gusta mirarme al espejo y encontrarme cañona y que mi marido me diga que lo estoy (y todavía me lo dice, jejeje) pero siempre y cuando no tenga que pagar un alto precio (y no sólo económico) por ello.
Para mi es fundamental estar agusto conmigo misma, pero también ser realista. Que a todas nos gustaría tener el tipazo de Elle McPherson, indudable, pero por favor, tengamos objetivos realistas.
Lo de que la belleza está en el interior, es totalmente cierto, cuando somos felices estamos infinitamente más guapos, así que Abuela, creo que lo de "sufrir" tiene mucha cabida en mi concepto de "presumir"
p.s. Y que conste que soy telita de presumida! Pero poquito sufrida!
Hace unos días, mientras curioseaba por mi Facebook, me topé con un enlace bastante interesante sobre las renuncias que implica la maternidad.
Nunca me he significado por abanderar causas perdidas, ni mucho menos con implicaciones de tinte feminista (soy totalmente contraria a etiquetas en cuanto a género se refiere) pero este artículo en concreto, me dio mucho que pensar.
En él su autora, Nohemí Hervada, con bastante experiencia como Mami y también como Blogger , exponía sus sensaciones y sentimientos ante la situación en la que nos encontramos y encontraremos todas, la renuncia a algo en nuestras vidas en el momento en que nos convertimos en Madre.
Quién no renuncia a su carrera acaba renunciando a tiempo con sus hijos, por desgracia el día tiene 24 horas y lo vivimos como tal, la mayoría robándonos horas de sueño para conseguir llegar a todo.
La mayoría de nosotras volvemos a trabajar, tras la baja de maternidad, con el corazón destrozado, nuestra sensación de perdernos lo mejor de nuestros hijos nos destroza. Bien, también podemos quedarnos con ellos, si nuestra situación económica lo permite.
Vale, estamos en casa, hemos renunciado a todo por disfrutar de nuestros peques (vamos a pensar que de forma egoísta, porque no nos queremos perder esta etapa, logística aparte), es inevitable sentir la desazón por no tener una vida propia, me explico, un espacio para una misma.
Siempre digo que somos la generación engañada. Desde muy niñas nos han educado para ser profesionales independientes, preparadas, triunfadoras, de modo que nuestro "espacio para nosotras mismas" se ha visto ligado a nuestra carrera laboral, pero ahí el gran engaño, nadie nos dijo que, cuando quisiéramos formar una familia, el castillo de naipes se derrumbaría.
Sobre el tema de la conciliación, necesitaría unos cuantos post, por capítulos y no acabaríamos.
Y en cuanto al papel de los Papás en todo esto (daría también para unos cuantos tomos), por muy buenos padres que sean, por mucha implicación que tengan en la educación y crianza de sus hijos, no nos engañemos, están educados y programados para ser profesionales exitosos, no para cuidar de sus hijos a tiempo completo (algunos diría que ni a tiempo parcial).
El artículo de Nohemí me encanta porque no habla de situaciones, ni de leyes, ni de planes de conciliación, sino de SENTIMIENTOS, que son los que con demasiada frecuencia solemos descuidar, de sensaciones, de miedos, de alegrías y de frustraciones, poniendo en palabras lo que mayoría de nosotras siente o ha sentido en algún momento de nuestra aventura como Mamis.
Os dejo el enlace, un artículo para guardar.
http://nohemi-hervada.com/las-renuncias-de-las-madres/
Feliz vuelta a la rutina, Mamágicas!
p.s. Si os sirve de ejemplo, estoy escribiendo el post con un Bichillo de 10 meses sobre mis rodillas, intentando sabotearlo con sus golpes de teclado, glup!