martes, 26 de abril de 2016

LA FELICIDAD, POR FAVOR???



Llevamos un ritmo de vida frenético, para nadie es una sorpresa, somos una generación que ha ganado mucho en muchas cosas materiales pero hemos perdido demasiado en calidad y ritmo vital, tanto que no tenemos tiempo para pararnos a pensar en lo que en realidad nos importa, en lo que llena nuestra vida día a día.

Hace unos días leía un artículo sobre la Felicidad, que en realidad no es de esas cosas que lees que te marcan o recuerdas para siempre pero sí que es cierto que hablaba de "pararse a pensar en si somos o no felices" y eso sí que me dejó algo inquieta porque realmente poco tiempo tenemos para reflexionar sobre cuestiones tan definitivas para nuestra existencia.

Cuando somos infelices por algo concreto, un contratiempo, una desgracia personal o incluso un simpre bache emocional, tendemos a regodearnos amargamente en ello dando espacio a pensamientos nada sanos ni constructivos pero que no se por qué nos encanta retroalimentar ese sentimiento de frustración o tristeza.

Por el contrario, cuántas veces nos paramos a pensar en todo lo bueno que tenemos y en las cosas que realmente nos hacen sentir bien? Por qué no nos permitimos ser felices?

Seguro que hay miles de explicaciones científicas en cuanto a factores fisiológicos y muchas más aún en en plano psicológico, patrones de conducta, etc... pero como no soy ni médico ni psicólogo, prefiero apelar a razones más comunes y mundanas para detectar dónde está la verdadera clave de mi Felicidad.

Cada uno tiene sus metas, sus prioridades y sus esquemas de vida organizados, con lo cual es prácticamente imposible tener una "receta" universal para alcanzar un estado de plenitud pero yo me permití (gracias un inoportuno episodio de insomnio, todo hay que decirlo) un gran momento para pensar en qué cosas en la vida me hacen feliz.

La conclusión ha sido clara: en lo rutinario, en lo que pocas veces reparo, en lo que considero habitual está mi verdadera Felicidad.

Pocas veces reparo en que tengo una familia que me ha querido mucho siempre, es algo que damos por hecho pero que no tiene por qué ser así, sentirse querido, protegido y haber tenido una infancia feliz es un factor, muy determinante, en el éxito para el camino hacia la felicidad personal,

Tener a tu lado a alguien que te ame, que te complemente, que te diga las cosas que a veces no quieres oír, que te admire, que admires y que además aguante estoicamente tus malos días (mala leche dixit) y que siga despertándote mariposas en el estómago o sonreír como una boba cuando piensas en él, eso es un factor "Premium" para conseguir nuestro objetivo.

El haber tenido el inmenso privilegio de ser MADRE ( y tres veces) eso es un torrente de felicidad desmedida, imposible de comparar con nada en esta viday  pese a las noches en vela, los sustos, la falta de tiempo para una misma, la satisfacción de verlos crecer, superarse y convertirse en personitas con su propia identidad es Felicidad infinita.

Sin olvidarnos de los Amigos de siempre y amigos de ahora, que posiblemente se queden contigo definitivamente, algunos a los que ves a diario y otros a los que no ves desde hace meses incluso años, pero que sabes que puedes contar con ellos para todo, otro complemento de alto valor para lograr ser feliz.

Quizás mi vida profesional haya sido un desastre, mi barriga ya no sea la de antes, no pueda ir a mi amado Nueva York como yo quisiera y la mayoría de los días no tenga ni si quiera unos minutos para mí pero me alegra mucho haber tenido un ratito de insomnio reflexivo y haberme permitido el lujo de pensar en ser FELIZ.

Y tú, vas a permitirte pensar en qué te hace feliz y serlo?

Feliz día @mamagicas



martes, 19 de abril de 2016

MOMENTOS POST


Mi amiga Lucía acaba de ingresar en el hospital para su tercera cesárea. Está feliz, es una niña muy deseada y después de dos chicotes aún con más motivos.

Lucía está en buenas manos pero su parto, como el de cualquiera, no deja de ser una experiencia compleja y agotadora.

Qué deberíamos hacer y qué no ante el momento postparto de una amiga, hermana, familiar?? No siempre es fácil acertar pero aquí os dejo unas pistas, desde mi experiencia como madre de tres.

1. La Mamá está cansada, aunque sea el parto mas fácil del mundo el desgaste físico y la revolución hormonal nos deja exhaustas. Quizás no tengamos ganas de visitas en las primeras horas, necesitamos paz, necesitamos intimidad.
En este punto hay que tirar de diplomacia de manual porque muchas veces la familia más cercana  no suele tomárselo muy bien.

2. El Bebé deberái de estar solamente en brazos de su mamá las primeras horas.
Si todo va con normalidad, el bebé ha de estar con su madre en los primeros momentos de vida, entiendo con esto que el papá también puede tenerlo por ratitos pero el trajín de abuelos,tíos y amigas del alma peleándose por cogerlo cuanto antes, NO, es su bebé, no el tuyo.

3. Los padres y el bebé necesitan intimidad. Las madres en ocasiones estamos medio desnudas, con el pecho fuera, o con un camisón abierto a la espalda, no estamos precisamente listas para posar para la portada de Hola, necesitamos nuestro espacio incluso para disfrutar de esos primeros momentos de vida del recién nacido con él y el padre de la criatura.





4. Respetar las decisiones de los Padres en cuanto a visitas, horarios, alimentación y todo lo que concierne a la mamá y al bebé. Más de una vez he presenciado una animada tertulia en la habitación de la clínica sobre lo que debe de hacer o no la mamá, con ella presente. Esto, sobre todo cuando somos primerizas, suele llevarnos al pánico más absoluto.

Debemos también preguntar a los padres si podemos coger en brazos al bebé y si dan su consentimiento no olvidemos higiene total y absoluta, lavarse las manos antes es fundamental!

5. Lo ideal es preguntar a los papás cómo están y si les apetece o viene bien recibir visitas. Si no les encaja no es porque sean unos maleducados  o porque te tengan manía, no lo tomes a mal. Aquí también os digo que si sois vosotras las parturientas aprendáis a decir no, si no os encontráis bien no tenéis por qué  hacer de "anfitriona" perfecta.

El llevar niños a conocer al nuevo bebé, salvo que sean sus propios hermanos o familia muy muy cercana, tampoco es aconsejable. 

6. Los regalitos. En el hospital se agradecen las flores y los bombones, o algún detalle mono para el bebé. Evitemos los mega osos de peluche o los artilugios de puericultura que, salvo que los papás nos lo hayan indicado como súper necesario para el momento, no se deben de llevar como regalo a un hospital. El momento "Bocata de Jamón", también puede esperar a que lleguemos a casa, a los médicos y enfermeras no les hace gracia que llevemos comida, y a mi, personalmente, tampoco.

En resumen, con ser respetuosos con el momento que viven los padres y siguiendo sus indicaciones seremos de gran ayuda para estos momentos en los que las hormonas hacen verdaderos estragos.

Y mientras escribía este post he recibido la primera foto de Claudia, a la que estoy deseando conocer pero, dadas las circunstancias dejaremos a Lu descansar un poquito y hacia el final de semana veremos si tienen ganas de visitas.

Os ilustro este post con una imagen, muy personal,  de Macarena y mía a las pocas horas de nacer.

Feliz y lluvioso día, @Mamágicas